viernes, 6 de mayo de 2011

el que mas huella ha dejado ha sido Ernesto Lecuona Casado

BIOGRAFÍA
OBRA
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Compositor y pianista cubano nacido en Guanabacoa, La Habana, el 6 de agosto de 1895. Muere en Santa Cruz de Tenerife, el 29 de Noviembre de 1963.

Hijo de un periodista español establecido en Cuba, desde los cinco años estudió piano junto a su hermana Ernestina, catorce años mayor que él. Tuvo como profesores a Hubert de Blanck, Joaquín Nin y Peyrellade. Con sólo 13 años compuso su primera obra, la marcha two step titulada Cuba y América para banda de concierto y más tarde sus primeras obras importantes, Danzas Cubanas (1911) y el Vals del Rhin (1912), cuya partitura, a pesar del título, reitera su tendencia folklórica.

En 1913 se graduó en el Conservatorio Nacional Cubano e inició una larga gira por Estados Unidos, España y Francia. Junto a Gonzalo Roig y Rodrigo Prats, forma la trilogía más importante de compositores del teatro lírico cubano y en especial de la zarzuela. El aporte más importante de Lecuona al género teatral es la fórmula definitiva de la romanza cubana.
Con una personalidad multifacética y abarcadora en el contexto de la creación, Lecuona cultivó diversos géneros musicales. En su catálogo podemos encontrar todas las expresiones de la cancionística, desde las más populares hasta las de mayor estilización y elaborada factura. Para el teatro musical compuso una inmensa cantidad de obras de todos los géneros, mientras que sus obras para piano constituyen soporte y pilar de la producción más relevante de la pianística nacional e iberoamericana.
Sus extraordinarias condiciones como intérprete del piano lo llevaron a ejecutar obras representativas del repertorio universal para este instrumento y a obtener el beneplácito de destacadas personalidades, entre las que cabe mencionar a Maurice Ravel, Joaquín Turina, Adolfo Salazar, Joaquín Nin y George Gershwin, entre otros.

Entre sus obras destacan las zarzuelas, Canto Siboney, Damisela Encantadora, Diablos y Fantasías, El Amor del Guarachero, El Batey (1929), El Cafetal, El Calesero, El Maizal, La Flor del Sitio, Tierra de Venus (1927), María la O (1930) y Rosa la China (1932); las canciones Canto Carabalí, La Comparsa (mundialmente célebre) y Malagueña (1933), perteneciente a su suite Andalucía; sus obras para danza, Danza de los Ñáñígos y Danza Lucumí; la ópera El Rumbero de Yarey, la Rapsodia Negra para piano y orquesta, así como su Suite Española.
Ernesto Lecuona es una pieza imprescindible de la historia de la música cubana, iberoamericana y universal.
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