miércoles, 27 de junio de 2012

DORMIR Y SOÑAR



Una tercera parte de nuestra existencia transcurre mientras dormimos. Una persona que viva por ejemplo noventa años, ha estado treinta de ellos durmiendo. Es mucho tiempo pues, como para no prestar atención a lo que sucede mientras dormimos y mientras soñamos.

Que dormir es necesario todos lo sabemos. A quién no le ha ocurrido, que después de una noche de insomnio, se ha levantado al día siguiente completamente extenuado física y anímicamente.

Sin embargo, si el dormir es necesario, más lo es el soñar. Se han hecho experimentos de laboratorio con cobayas y lo que es más dramático, con prisioneros de guerra, a los cuales se les despertaba en el momento justo que comenzaban a soñar. Pues bien, tanto los animales como las personas morían a los pocos días, generalmente después de enloquecer y de terribles sufrimientos.

Para comenzar hay que decir que todos soñamos, aunque hay quienes afirmen desconcertados que no recuerdan nunca ningún sueño. En cualquier caso y si queremos recordar lo soñado, conviene tener una libreta al lado de la cama y escribir todo lo que recordemos nada más despertar, ya que conforme transcurre el tiempo se va olvidando y perdiendo información sobre lo soñado.

El porqué soñamos ha dado lugar desde siempre a muy diversas interpretaciones. Desde las más científicas, que afirman que mientras soñamos tan solo ejercemos una función biológica en la cual nuestras neuronas reponen la energía perdida durante el día, hasta las más esotéricas, que nos hablan de "viajes astrales" de los que hablaremos en próximos artículos. Pero vamos por partes, porque hoy casi todo el mundo afirma que la respuesta del porqué soñamos no es una sola.
En primer lugar lo físico influye enormemente en lo onírico, de tal modo que nuestro estado de salud ejercerá una gran importancia sobre lo que soñemos. Por tanto, vigilemos todo cuanto comamos o bebamos antes de ir a dormir. Así, si hemos cenado copiosamente posiblemente esa noche tengamos sueños agitados o simplemente si sentimos frio en el sueño, quizás se deba a que nos hemos destapado descuidadamente mientras dormimos.


Las cosas vividas durante el día también se manifiestan mientras se duerme. Son los llamados "sueños de proyección mecánica", en los cuales el subconsciente exterioriza las tensiones, emociones y cosas en general, que más nos han impresionado el día anterior. De este modo, si ese día hemos visto en la televisión algún accidente, tal vez soñemos que a nosotros nos ocurre igual.

De significado más complejo son los sueños simbólicos, en los cuales nuestro sabio subconsciente nos ofrecería mensajes en forma de símbolos, sobre problemas y preocupaciones personales y sobre las que quiere advertirnos o aconsejarnos. Es curioso que muchas veces, al despertar por las mañanas, encontremos solución a problemas cotidianos de nuestra vida. Es lo que se denomina popularmente "consultar con la almohada". Personalmente siempre aconsejo que cuando algo nos preocupe o estemos indecisos ante cualquier circunstancia, nos relajemos antes de dormir y pidamos según la fe de cada cual encontrar una solución a la mañana siguiente. A veces funciona.

El mundo de los sueños, como se ve, es apasionante. ¡Qué pena que no seamos conscientes de todo lo que hemos soñado en nuestras vidas! ¡Cuanto nos ayudaría el recordar y comprender todos nuestros sueños! Sin lugar a dudas, descubriríamos cosas inimaginables sobre nosotros mismos. Porque ya lo dijo Platón "Al hombre, en verdad, solo se le conoce por sus sueños"




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